• Viernes, 23 de Octubre de 2015

    Interviene Betsabee Romero el Museo Diego Rivera-Anahuacalli

    Viernes, 23 de Octubre de 2015
    Ittamagazine/Conaculta

    Un diálogo entre lo prehispánico y la modernidad, a través de instalaciones, presenta Betsabeé Romero en la muestra Ídolos frente a los altares, realizada por la artista mexicana en torno a la ofrenda del Día de Muertos del Museo Diego Rivera-Anahuacalli.
    Más de 60 piezas integran la exposición contemporánea, distribuida en el exterior e interior del recinto donde se juega con el espacio y se interviene la obra prehispánica al crear un diálogo entre el México mítico y el actual, donde aparecen constantemente dos figuras con las cuales la artista ha trabajo continuamente para hacer una resignificación del arte prehispánico: la serpiente y la muerte.
    En el montaje, dedicado al tema de la migración, se observan llantas, tapetes de aserrín, calaveras y tzompantlis; con los que explica Carlos Phillips, director general del Museo Anahuacalli, se presenta un diálogo con la pirámide creada por Diego Rivera y sus piezas prehispánicas.
    Betsabeé Romero, quien ha realizado más de 30 exposiciones individuales, compartió que al trabajar en el Museo Anahuacalli es la oportunidad de intervenir en la única pirámide del siglo XX. “Hay un diálogo con Juan O’Gorman, un arquitecto de la modernidad en México y hasta con Frank Lloyd Wright, con el que tuvo correspondencia Diego Rivera al diseñar los planos de la pirámide”, expresó en un recorrido para medios.
    Ídolos frente a los altares reúne elementos tradicionales del altar de muertos y presenta una dedicatoria a la migración que, en opinión de la artista plástica, ha sido un tema importante del siglo XX y el actual, tanto en México, Europa y el mundo.
    Asimismo, ahondó que esta intervención que da origen al título de la muestra proviene de un texto de Anita Bremen en el que abordó la manera como los indígenas ayudaron a construir los templos durante la Colonia, con la complicidad de los religiosos que sabían que atrás de los santos se escondía un ídolo prehispánico para continuar con la adoración de sus propios dioses.
    En este sentido, la artista colocó halos en las piezas prehispánicas en referencia a los ídolos que en la antigüedad se escondían detrás de los santos, pero que en esta ocasión se encuentran en primer plano.
    En la Sala Tláloc, Dios de la lluvia, fue instalado en una de las esquinas un altar transitable, donde simbólicamente se descenderá al inframundo o lugar de los muertos.
    “No sólo el público recorre el espacio, Quetzalcóatl, la serpiente emplumada también lo hace hasta llevarnos a la ofrenda tradicional dedicada a Diego Rivera; esta serpiente, como muchas de las prehispánicas, es a la vez vehículo y símbolo de transportación, movilidad, carga las flores, el agua; aunque aquí todo es de piedra, con la ofrenda quise aportar una de las características de este ritual que es el color”, explicó la creativa radicada en la Ciudad de México desde hace más de 10 años.
    Para la ofrenda tradicional dedicada a Diego Rivera, Betsabeé Romero diseñó las calaveras, velas y el papel picado, también proyectó la ruta de los tapetes de aserrín que recorren toda la primera planta, en alusión del camino que transitan los migrantes cuando van de un lugar a otro.
    Betsabeé Romero explicó que las llantas, uno de los elementos característicos en su obra creativa, son símbolo de la circulación y la movilidad, siendo en ellas “emblemático el tema que es la migración”.
    En el primer piso, junto al altar dedicado a los migrantes, se observan llantas colgadas con la iconografía de una familia corriendo, que, expone Romero, es parte de la señalización que existe en la frontera de Tijuana con California.
    “He retomado esta iconografía para hablar de cómo los migrantes dejan una huella que nos circunda, nos da vuelta y muestra como el migrante tiene un lugar en nuestra historia, memoria y en la cultura en México.
    “La cultura en México no se puede circunscribir en el territorio nacional, la cultura es de quien la ejerce, la práctica, en los migrantes que llevan y portan los valores estén aquí o fuera”, agregó.
    Ídolos frente a los altares inicia desde la explanada del espacio museístico, donde se pueden ver cuatro piezas, tres inéditas y una que había trabajado con anterioridad como homenaje a la cultura huichol, conformada por varias llantas en forma circular que en el centro representan las ventanas al cielo.
    Las piezas inéditas consisten en una serpiente hecha con llantas, que tiene que ver con el trabajo del artista Mathias Goeritz, a través de esa síntesis geométrica abstracta de elementos; un rodillo de impresión, que representa la importancia de reciclar y convertir un símbolo de velocidad y contaminación en un instrumento para imprimir; y una columna conformada por llantas de distintos tamaños con iconografía precolombina en cada una.
    En la exposición, que abrirá sus puertas al público el 23 de octubre, exhibe llantas a las que se les han colocado colores y en algunos sitios hay calaveras de azúcar iluminadas por dentro. “Hay que recordar, dignificar, estas calaveras, iluminarlas con nuestra memoria, dar un granito de arena para la reflexión de estas cosas”, puntualizó Betsabeé Romero.
    Ídolos frente a los altares estará abierta al público hasta el 15 de enero de 2016 en el Museo Diego Rivera-Anahuacalli, ubicado en Museo No. 150, colonia San Pablo Tepetlapa, Coyoacán. Horarios: miércoles a domingo, de 11:00 a 17:00 horas. Admisión general $60.